UARIST, término creado desde una conjunción de palabras en esperanto, significa “entre cuatro”. Así como el objetivo de este lenguaje es la integración y la comunicación global, el proyecto al que han dado forma estos jóvenes artistas enlaza obras de reciente creación con repertorio clásico tradicional, siempre desde la perspectiva de un conjunto de saxofones.
Comienza su andadura inaugurando el Festival de Música Contemporánea “NAK 2020” con el espectáculo “Conexión”, tendiendo puentes entre música de tradición y vanguardia, y se clasifica para la fase final del concurso internacional de música de cámara “La Folia Nuova”. En 2021 colabora con la narradora y actriz Belén Otxotorenaen la preparación de un concierto didáctico infantil titulado “Kua – Kua…Kuarist!” , un espectáculo basado en la mitología griega que acerca a los más pequeños a la música del ensemble de saxofones.
En la temporada 2022/2023 elabora dos propuestas escénicas: El concierto “Sonidos Estivales” que relaciona obras de música clásica con diferentes momentos y emociones asociadas al verano, y el proyecto “Del Mito al Logos”, junto con el CMC Garaikideakde Pamplona, donde ha estrenado tres piezas musicales basadas en la mitología japonesa, compuestas y encargadas para la formación. En 2023 obtiene el 1º premio en el Concurso Internacional de Música de Nueva Creación Re_Cre@.
Sus próximas propuestas son la presentación del concierto “Música y Poder”, un espectáculo en colaboración con la UNED que analiza la relación histórica entre la producción musical barroca y clásica y los mecanismos que legitimaron a las grandes monarquías europeas. Han sido premiados en los Encuentros Navarros de Arte Joven 2023, donde presentarán el concierto “mitos sonoros” en la temporada 2023/2024.
Los músicos que integran este cuarteto han recibido formación clásica y contemporánea en prestigiosos conservatorios como el PESMD Bordeaux Nouvelle-Aquitaine, el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León, el Conservatorio Superior de Música de Navarra, Conservatori Superior de Música de les Illes Balears y el Conservatorio Superior del Principado de Asturias.
En el origen del universo se encontraba el mito. Las primeras explicaciones sobre la causa y el fundamento de la realidad se basaron en narraciones fantásticas que trataron de ordenar y dar coherencia a los fenómenos que marcaban el devenir del mundo y la humanidad. En nuestros días la mitología aún sirve de inspiración a multitud de corrientes artísticas y doctrinas filosóficas, y la búsqueda del conocimiento se sigue sustentado en esas primeras narraciones mágicas que fueron el germen de multitud de culturas.
“Mitos sonoros” propone una reflexión vanguardista que conecta de forma directa estos relatos mitológicos con un discurso musical original. El espectáculo toma como referencia la mitología japonesa y sus narrativas sobre el origen del universo, el papel de la humanidad o la introspección como medio de conexión con una realidad supraterrenal. Mediante elementos representativos de la escritura y música tradicional nipona se describen estos fenómenos mitológicos en su más pura esencia, buscando tejer una conexión entre el universo mítico y el entendimiento.
De esta forma, se pretende llevar el mito a los oídos del aquí y el ahora, evocar nuestro pasado más remoto y mágico y transitar los orígenes de la humanidad creando universos híbridos entre los sueños y la realidad.
Kami. Es el relato de algunos de los dioses presentes en la religión originaria de Japón, el sintoísmo. De su libro más antiguo, el Kojiki, surge esta obra. Cuenta el relato como Izanami – la diosa de la creación y de la muerte – engendra a Amaterasu (diosa del sol), a Tsukuyomi (dios de la luna) y a Susanoo (dios del mar, las tormentas y batallas). En toda la pieza juega un papel significativo el sonido del mar que rodea la isla mítica de Onogoro, lugar donde se desarrolla la narración y presente a través de un tambor oceánico. Fûjin (dios del viento) también tiene un papel relevante a lo largo de la obra.
Yokai. Es inherente al ser humano la superstición por lo desconocido. En Japón existe una palabra para definir todos los seres, sensaciones y experiencias que resultan inexplicables: los Yokai, demonios y espectros de la mitología japonesa. Este es el nombre que engloba a muchísimas especies con características distintas: espíritus ancestrales que nos rodean en nuestro día a día, demonios que acechan en la noche, espíritus que regresan para vengarse o demonios que tiene la habilidad de cambiar de forma para engatusar a los niños y luego transformarse en lo que realmente son. Estos demonios aparecerán representados durante la obra a través del elemento multifónicoque aparece al comienzo (el Yokai en su estado natural), y luego su transformación a lo largo de la obra, hasta volver a aparecer en su forma natural en el clímax.
Sawaru. En japonés hay dos verbos básicos para designar la acción de “tocar” por lo que es importante no confundirnos al leer / escribir: Sawa-ru (sawa–ri-masu) y Fu-reru(fu-remasu). Estos dos verbos no son exactamente sinónimos y existen pequeñas diferencias de uso y significado entre ambos (además de que pertenecen a distintos modelos de conjugación). Generalmente, mientras que SAWARU es más directo o rudo (tocar, toquetear, manosear…), FURERU suele ser más sutil (rozar, tocar un poquito, tocar con un dedo, sentir desde una aproximación más general…)
En esta obra musical lo interesante es esa constante dialéctica entre tensión y resolución, pero desde la forma y la estructura. Así como en una obra plásticahablamos del “peso visual”, aquí hablaremos de los motivos que articulan una estructura en una transformación finita. ¿Serán suficientes cinco minutos para reconocer sus elementos en una escucha atenta? Por supuesto que sí. El tiempo también es interpretable.